El campo de energía, información e inteligencia conocido comúnmente como la piel es el órgano más grande y adaptable del cuerpo. Siendo la barrera que separa su mundo interior de su mundo exterior, la piel
protege sus tejidos, sus células y sus moléculas contra el ataque de los microorganismos, las temperaturas extremas, la radiación ultravioleta e infrarroja y los contaminantes químicos presentes en el entorno.
Vigila constantemente los estímulos del ambiente a través de sus innumerables receptores del tacto, la temperatura y el dolor, y envía esa información a su cerebro minuto a minuto.